Alphonzo Poka - Genealogía conceptual
La publicidad nos presenta la promesa
de un mundo perfecto: un mundo sensual, un mundo placentero, un mundo
que está al alcance de la mano, y para cuyo acceso únicamente hay
que pagar el pequeño precio de adquirir los productos que se
comercializan a través de esa publicidad.
Imágenes de cuerpos bellos, estéticos,
dispuestos sensualmente a la mirada, paisajes oníricos y detalles
minuciosamente cuidados; imágenes publicitarias, que nos muestran un
mundo donde no existen desniveles de clase ni intereses contrapuestos
entre los diferentes sectores sociales, y en el que han desaparecido
la pobreza, la violencia y las guerras, la enfermedad, el dolor
humano.
Espejismo terrible en el que las
míseras posesiones materiales, objetos adquiridos, catálogos de
moda o de muebles prefabricados, son la falsa promesa de una vida
llena de regocijo y comodidades, y en el que el dinero y el patrimonio personal se convierten,
a la fuerza, en el único referente simbólico posible.
Sociedad de ganadores, sociedad para
ganadores, en cuyos márgenes se amontonan, invisibles, los seres
imperfectos, los inadaptados, los que no han alcanzado los estándares
socialmente determinados.
Distopía de la belleza, distopía de
la perfección, distopía de la realidad, distopía de la economía política.
Sería preciso realizar una serie de
acuarelas en las que aparezcan cuerpos grotescos, deformes de todo
erotismo. Figuras heridas, fracturadas, huidizas, en ruinas,
aprisionadas en un mundo donde no hay lugar para ellas. Imágenes en
las que un hipotético espectador pueda sentir reflejados oscuros
aspectos de sí mismo, ocultos bajo el yo cotidiano y superficial.
Pensar el cuerpo como el lugar donde
golpean todas la violencias.
Apuntes para una biografía ficticia.