Insomne - Capítulo -1

19.04.2018

Ésta no será una historia con final feliz.

Las historias con final feliz están hechas para resultar agradables, para tranquilizar a quien las escucha. No hay problema, no hay nada que temer, todo va bien. Las historias con final feliz no incomodan a nadie, no molestan, no preocupan, no generan disenso ni pretenden problematizar nada. No te dicen joder, cochino capitalismo. No te dicen la vida a veces duele, la vida a veces apesta, no te dicen todos somos cómplices, de un modo u otro, de toda esta mierda. Las historias con final feliz están hechas para resultar comerciales. ¿Quieres crear un bestseller? ¿Un taquillazo? Imagina una historia con final feliz. En las historias con final feliz no existen desniveles de clase, de género, de raza. La pobreza no existe, la esclavitud no existe, no existen los niños que para sobrevivir rebuscan durante horas entre montañas de basura, no existen los violadores, no existe la trata de personas, no existe la enfermedad, la muerte. No existe todo el engranaje de violencia, explotación y dominación que constituye el estatus quo. En las historias con final feliz nadie te dirá ese coche nuevo que te has comprado fue fabricado por un centenar de tipos, que se pasan ocho malditas horas diarias repitiendo miles de veces, como enajenados, la misma operación en la cadena de montaje. Nadie te dirá para que existan las tiendas de moda, tiene que haber también un ejército de niñas en Taiwan trabajando catorce infernales horas diarias en un taller por un dólar a la semana, y hay también una empresa pantalla en Panamá a la que se transfieren los beneficios libres de impuestos. Nadie te dirá cuánto cobra la típica camarera sexy (típica sólo en las historias con final feliz) que siempre está, a cualquier hora del día o de la noche, esperando en la cafetería para atenderte. Nadie te dirá cuánto veneno ha sido arrojado a los ríos, y cuánto plástico a los mares, para que continúe sin cesar la cadena de producción. Nadie te dirá cómo se vive en los barrios pobres de tu ciudad. En las historias con final feliz los problemas son irrisorios. Cómo llegar a ser la chica más molona y popular, cómo lograr que Menganita me quiera. Idioteces. Las historias con final feliz están hechas para convertirnos en clones de un único patrón, una única lógica, una única/unívoca realidad construida artificialmente. Las historias con final feliz nos vuelven subnormales a todos, nos convierten en encefalogramas planos. Las historias con final feliz son el mundo feliz, que no existe en ninguna parte.


Ver otras entradas de la colección Dos series: Insomne y Cartas a Lili

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