Cartas a Lili (III)
Querida Lili:
El cielo gris y la lluvia, como los de
hoy, siempre me han recordado los tristes días de mi infancia.
Hace una fría mañana, estamos a comienzos de enero.
Una vez más
estoy aquí, escribiéndote, aunque ignoro qué piensas de estas
cartas que te mando. Quizás las lees con atención, quizás releas
algunas de ellas, si es que no las rompiste en pedazos incluso antes
de abrirlas. En ellas te hablaba, más que de cualquier otra cosa, de
esta sensación de que la tierra ha sido arrasada, de que sólo han
quedado las ruinas. Estoy bien, si eso te preocupa, pero me siento
enormemente distante de casi todo.
Creo que esperaba que
respondieras a mis cartas. Desearía que aún conserves algún
recuerdo agradable de mí.
Ya hace tiempo que me marché. No
importa si para quedarme a solas conmigo, si para adentrarme en un
desierto más profundo, si para ser tan sólo otro habitante anónimo
de la ciudad. Creo que simplemente necesitaba romper con todo, me
pregunto si alguna vez lo conseguí.
¿Y qué puedo decirte?
Supongo que aún te echo en falta, y supongo que si volviera contigo,
seguiría estando de más en tu vida. Querría pensar que has sabido
perdonarme por la forma en la que me fui. Me tomó mucho tiempo el
comprender qué debía hacer, me costó un gran esfuerzo irme aquella tarde. Tenía que acabar, de una vez, con aquella situación absurda e
imposible que entre los dos habíamos creado. Creo que lo hice por
ti. Creo que lo hice en defensa propia. Creo, aunque quizás todavía
me odies por ello, que tomé la mejor decisión para los dos.
Y verás que, así, aparecen figuras heridas en mis cartas, jokers no tan sonrientes. A veces me siento como si fuera el habitante de una isla desierta: liberado de ataduras ficticias, camino entre pensamientos más o menos vagabundos; invisible, y aún diría irrelevante, para el resto del mundo. La escritura puede ser un buen cobertizo, una manera de buscar mi propia fortaleza en la soledad.
Hace una fría mañana, estamos a
comienzos de enero. Aún pese a las dificultades, me siento bien.
Ya
hace tiempo que me marché. Ahora tú debes escribir tu propia carta.
No a mí. Sino tu carta a lo que deseas y, acaso, a quien te merezca.
Sinceramente tuyo,
Ýan.
Anterior Carta a Lili / Siguiente Carta a Lili
Ver otras entradas de la colección Dos series: Insomne y Cartas a Lili