Cartas a Lili (III)

06.01.2018

Querida Lili:

El cielo gris y la lluvia, como los de hoy, siempre me han recordado los tristes días de mi infancia. Hace una fría mañana, estamos a comienzos de enero.
Una vez más estoy aquí, escribiéndote, aunque ignoro qué piensas de estas cartas que te mando. Quizás las lees con atención, quizás releas algunas de ellas, si es que no las rompiste en pedazos incluso antes de abrirlas. En ellas te hablaba, más que de cualquier otra cosa, de esta sensación de que la tierra ha sido arrasada, de que sólo han quedado las ruinas. Estoy bien, si eso te preocupa, pero me siento enormemente distante de casi todo.
Creo que esperaba que respondieras a mis cartas. Desearía que aún conserves algún recuerdo agradable de mí.

Ya hace tiempo que me marché. No importa si para quedarme a solas conmigo, si para adentrarme en un desierto más profundo, si para ser tan sólo otro habitante anónimo de la ciudad. Creo que simplemente necesitaba romper con todo, me pregunto si alguna vez lo conseguí.
¿Y qué puedo decirte? Supongo que aún te echo en falta, y supongo que si volviera contigo, seguiría estando de más en tu vida. Querría pensar que has sabido perdonarme por la forma en la que me fui. Me tomó mucho tiempo el comprender qué debía hacer, me costó un gran esfuerzo irme aquella tarde. Tenía que acabar, de una vez, con aquella situación absurda e imposible que entre los dos habíamos creado. Creo que lo hice por ti. Creo que lo hice en defensa propia. Creo, aunque quizás todavía me odies por ello, que tomé la mejor decisión para los dos.

Y verás que, así, aparecen figuras heridas en mis cartas, jokers no tan sonrientes. A veces me siento como si fuera el habitante de una isla desierta: liberado de ataduras ficticias, camino entre pensamientos más o menos vagabundos; invisible, y aún diría irrelevante, para el resto del mundo. La escritura puede ser un buen cobertizo, una manera de buscar mi propia fortaleza en la soledad.

Hace una fría mañana, estamos a comienzos de enero. Aún pese a las dificultades, me siento bien.
Ya hace tiempo que me marché. Ahora tú debes escribir tu propia carta. No a mí. Sino tu carta a lo que deseas y, acaso, a quien te merezca.

Sinceramente tuyo,
                                       Ýan.


¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar